Hoy soy un viejo caserón vacío. Mis muros, fríos ya, fueron abandonados sin piedad por el último inquilino.
Mis huesos y mi desgastada piel, protegen un caos de recuerdos que trastean entre mis nobles paredes, y que se niegan a escapar por el portón desvencijado.
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Imagen de la película "el caserón de las sombras" |
Recuerdos de niños corriendo por las habitaciones, de geranios veraniegos por mis ventanas, de pardales anidando entre mis tejas, de besos robados tras mis puertas, de pilones bajando por mi chimenea, de riñas, de infidelidades, de amor, de muertes, de nacimientos....de más muertes.
Hoy ya solo los últimos ratones raspan por los techos de mi inmenso vacío interior. Se que una noche también me abandonaran y podré terminar mi agonía, agrietarme y derrumbarme cualquier invierno que me de la gana.
Si, definitivamente, quiero ser ese gran caserón de muros firmes por el que pasaron todas las bajezas humanas y todas las alegrías posibles. Así...sabré que durante mi existencia tuve una gran vida interior y al menos mi historia habrá merecido la pena...aunque nadie la recuerde.