Como perro me siento
traspasando las filas enemigas,
cuando me cruzo contigo con el rabo entre las piernas
y sin asomo de ladrido.
Como perro rabioso, que no muerde,
ni furia le queda,
cuando veo tus ojos en otra
y ejerzo presión lastimera
con mi garganta llena de llantos
y rota de quejas.
Como perro de pueblo
ahorcado en encina vieja,
con único aullido largo y tenebroso,
acuno un nuevo redoble a mi cuello
cuando el alba llega,
y otra vez he soñando tu rostro.
Como perro de pelea
muerto de miedo y lleno de heridas,
defiendo tu reinado,
cuando otro, osa tocar la correa
que sujeta mi bozal,
ó merodea siquiera por borde de tu territorio.
Como perro de jardín,
de perrera oscura y cielo por paisaje,
busco una sola estrella,
cuando nubes de nieve, abiertas en canal
permiten un rayo de noche
salir en mi busca y me dejan.
Como perro crónico
me someto a tu voluntad.
¡Siempre!
(del inédito: “Las ausencias del palomar”)
Hola Rocío.
ResponderEliminarSoy Gely Cordero, como se que me conoces, con esto que te diga vale.
He escrito una crítica sobre tu libro y quiero que la veas, porque me imagino que te hará ilusión. Te dejo el enlace de Ibañeza para que lo veas. Espero que te guste. Ya me contarás.
http://www.ibaneza.es/?p=4873
Por cierto, enhorabuena por esa pluma; me encantó; es una delicia.
Un beso
Desgarras el alma...
ResponderEliminards