6 jul 2010

A tu ritmo

Dar toda esta vuelta al mundo para descubrir, sin más, que todos somos campaneros de la misma catedral.
La llamamos amor.
Podría llamarse “orden lógico” o “espacio claustrofóbico”, da igual.
Sólo quien sabe tomarlo a sorbitos lo disfruta, el resto lo tragamos entero. Es doloroso e indigesto, y con las primeras lágrimas de las despedidas sabes que te has dado un atracón, y
que el plato está rebañado hasta los bordes. Te quedarás con la sustancia dentro del cuerpo, el resto, da igual también como lo llames… amor ó heces, se irá pronto por las cloacas.

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