14 jul 2010

El amanecer me enseñó el barco que me espera,,,


¿Quién me pondrá un plato en la mesa?

¿Quién estirará una manta en alguna vereda del campo para cuando vuelva?

¿Quién encenderá mi lámpara… cogerá mi libro … y alisará mi cojín en sus rodillas?

No me hagáis caso. Ando un poco viuda de ánimo; pero mientras que el trigo siga madurando en el campo cada año, aquí todo irá bien.

Pienso… que en la próxima vida, todo me saldrá mejor.

En esta sólo fui una crisálida pretenciosa.

No os preocupéis, es que todo estaba escrito para mí, y aunque se arrepienta... ¡un Dios, no puede cambiar de idea!

PDT. No quiero flores. Llevadme pluma... y papel.


4 comentarios:

  1. Entrar a trabajar y buscar mi dosis de Inocencia Montes.¿Donde está?. Busco tus libros y no encuentro nada.¿Hay otro seudónimo?. Necesito más. ¿Donde estás...donde estás...donde estás?.Julian. Cordoba

    ResponderEliminar
  2. Gracia Julian por esos detalles que tienes conmigo, es muy grato leer tus comentarios. No hay libros todavía. Un saludo afectuoso

    ResponderEliminar
  3. Ese barco, esa luz al fondo. Sería ideal que todos pudiéramos contar con alguien que nos ayudara a coger ese barco cuando ese Dios crea que ha atracado en nuestro puerto y nos lleve a la luz que se supone que veremos algún día para ir como corderos hacia ella.
    Tendrás tu papel y tu pluma mientras mi barco llegue. Si llega primero el mío, yo soy más tradicional y prefiero que me recuerdes y que me lleves de vez en cuando alguna flor.
    Eso sí, si existe otra vida, quiero acordar contigo que ninguno de los dos pueda vivirla sin que uno forme parte de la vida del otro.
    ¿Aceptas?
    Un beso y un fuerte abrazo desde un lugar reconquistado entre el año 1080 y el 1085 aunque para mi pesar no lo fuera al 100 % por mi querido Reino de León.

    ResponderEliminar
  4. Tienes mi palabra Reino de León, y si tu barco tiene un sitio para que una golondrina repose sus vuelos te haré compañía. Un abrazo fuerte fuerte.

    ResponderEliminar