19 jun 2010

Espejo, espejito… ¿Quién es la más…?

29 de abril.
Anduve de rondas toda la noche.
Me tocaba pagar la celebración; y pagué ¡¡claro que pagué!!
A solas frente a un espejo nada te engaña; te ves diáfana en la mirada de la otra. Te enseña las miserias, las equivocaciones, las soledades, los amores fallidos, ¡¡y los otros!! Que si no están ahí, es porque no los hubo.
¡¡Y pagas la primera ronda!!
La de los temores que no superaste, la de las mierdas a las que no te enfrentaste, la de la cobardía total, que por suavizar un poco, en aquel entonces llamabas ¡miedo!
Enciendes otra luz, por verte entera. (Yo no soy valiente, pero ella… ella sí lo fue, y habló.)
Habló de los depósitos de amor, a corto plazo.
Habló de aquellos pájaros de primavera fácil que se posaron en las ramas de mi cintura.
Ningún ángel, ningún hada, ni siquiera una mariposa blanca que me dejará 28 días espectaculares, por intensos, antes de irse. ¡¡Esta se la cobras al destino me la debe!!
Le pregunté a la mujer del espejo por un himno de mi vida. Ella tarareó aquel "mundo tras el cristal" de La Guardia
Le pregunté por un poema que me hubiese gustado escribir, y me recito “Quizá algún día” de Celsa Barja.
Le pregunté por el libro que me mató, me contestó sin dudar, “Escucha mi voz” de Susana Tamaro.
Le pregunte si recordaba aquel canto al dolor convertido en pintura, que me hizo pararme una mañana, en Santiago, cuando tenía 24 años, y asintió. “La colonna rotta” de Frida Kahlo.
(Esta también se la cobras al destino, el muy cabrón…)
Le pregunté por aquella peli que se me enquistó en el alma desde niña. Aquella… “Love Story” de Ryan.
¡Otra ronda de mi cuenta!
La del espejo a mí sólo me hizo una pregunta:
- ¿Quién eres…?.
Levanté mi copa de vino, para brindar con la pena
Desnuda de ropa y vestida de lágrimas apoyé mi frente en ella. Le pedí valor para una despedida elegante a todas mis añoranzas, le pedí… una respuesta, para los orígenes de mi fragilidad.
- Nadie…-respondí
Esa noche cumplí años. ¿Cuántos? No se… ¡todos!
Y… dejé de creer en el destino.
¡¡Pon aquí otra ronda soledad…
y que vuelva a correr de mi cuenta!!

2 comentarios:

  1. Asombroso el misterio que guarda en el alma esta golondrina. Las empiezo a mirar con un respeto...
    Desde Cordoba.

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